¡Navidad! ¡Navidad! Ya se oye el tintineo de las campanitas del trineo del venir de Papá Noel.
¡Hasta que por fin! Llega la Navidad. Esa fiesta tan especial en que todos los seres humanos esperamos con ansiedad, para expresar el amor que sentimos por nuestros familiares,, amistades,, compañeros y al prójimo en general.
Celebramos en ella, la llegada del amor convertido en hombre, el mismo que lo prodigó a todos nosotros…; es pues, una fiesta en que lo espiritual prima sobre lo material. No consiste, desde luego, sólo en la entrega de regalos u obsequios cada cual más bonito y ostentoso, o más caro y presuntuoso; sino en la muestra del amor fraterno, amical, , al prójimo como un modelo de bondad y caridad humana.
Un simple ¡Feliz Navidad!, expresado con sinceridad y alegría, llena el corazón de quien lo recibe, porque la manifestación de dicha, es sentida en la profundidad del alma que hace florecer el agradecimiento espontáneo y veraz.
Sabido es, que el amor se entrega de diversas maneras y que éste, debe ser otorgado con sinceridad y verazmente, con el corazón en la mano; siendo uno de ellos, los regalos que conllevan una significación con la que muchos han errado y lo han trastrocado.
Miss Tatianna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario