Estos informan al cerebro sobre los diferentes cambios de posición para que este, a su vez, dirija al resto del cuerpo y le indique las posturas y movimientos coordinados que debe adoptar en el espacio en el que está ubicado.
Cuando vemos niños que no pueden permanecer quietos y se mueven constantemente, solemos etiquetarlos como hiperactivos, sin embargo, debemos estar alertas ya que podrían estar manifestando falta de maduración del sistema vestibular y desintegración sensorial. Cuando el vestíbulo no ha sido estimulado adecuadamente, el niño presenta dificultades para percibir de manera apropiada todos los demás sentidos, en especial el olfato, el oído y la vista.
Uno de los signos de maduración del vestíbulo es la capacidad del niño a permanecer quieto, es decir, el desarrollo del equilibrio está representado por el no movimiento. Los niños con problemas en el desarrollo vestibular presentan dificultades para prestar atención en clase y a menudo necesitan pararse ó dar alguna caminata.
Ejercicios elementales para estimular el sistema vestibular:
- Mecer al bebé en una manta a modo de hamaca
- Girar al bebé hacia la izquierda y hacia la derecha sobre una manta.
- Colocar al bebé sobre una pelota grande y mover la pelota hacia la izquierda y hacia la derecha; hacia adelante y hacia atrás.
- Realizar balanceo sobre balancines.
- Cargar al bebé y realizar movimientos como el vuelo de un avión, el salto de una ranita, el galope de un caballo.
- En caso de los niños más grandes, el columpio es un juego muy útil en la estimulación del equilibrio.
Miss Katia - Blue class
Artículo obtenido en la Revista Nidos, elaborado por Silvana Arteaga Alfaro - Especialista en Estimulación Temprana.
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